ESTELA PRIMERA
19 de diciembre del 2012
Embarco rumbo a Petén para cubrir los eventos que trascurrirán este Baktún 13. No tengo claro cuál será mi cometido. Puesto que me he levantado a las cuatro de la mañana y ni siquiera recuerdo mi nombre. ¿Conan Carpio? Mi madre se despide de mí como si ya no me va volver a ver. Le digo que todo va a estar bien. Pero algo viene a mi mente desde los primeros momentos que salgo de mi casa hacia el aeropuerto. No hay absolutamente nada ni nadie en la calle. Silencio absoluto. Lo mismo en el aeropuerto. Paso puerta tras puerta de vuelos inexistentes, plantas rodadoras imaginarias y vendedores aburridos en las tiendas. Mi garganta está tan seca que siento que moriré de deshidratación. Falta de agua y escasez. Compro Gatorade para saciar mi sed apocalíptica. Mi puerta es la del fondo. El fondo del todo. Un abismo horizontal a otra dimensión. Y a la derecha, el baño. ¿Se adelantó el Apocalipsis y no me he enterado?
La gente tiene la misma cara que yo. De haber dormido poco y con cero adrenalina. Intento animarme a mí mismo, "¡Baktún forever, la mera verga, party like it's 2012!" Pero nada. Subimos al avión. Una avioneta en realidad. Las hélices se encienden y despegamos. Fue todo muy rápido y sencillo. Y estamos hablando del infierno dantesco que es un aeropuerto hoy en día. El vuelo también me resulta sereno. Incluso viendo el amanecer a través de la ventana desde mi posición en el asiento del pasillo (me la quitó un paisano poco simpático). Todo parecía ir bien. Estaba escuchando una canción muy hippie (algo de los Youngbloods creo) cuando de repente el piloto dice:
-Eh... Damas y Caballeros, FÍJENSE que no podemos aterrizar de momento porque hay una neblina densa alrededor del aeropuerto. Pero pronto estaremos en Petén.
No dijo si vivos o muertos. Tengo que agregar una teoría que surge de mi tío Ernesto Fernández respecto a la palabra, "Fíjese" en Guatemala. Siempre decía que después del "Fíjese", viene una tragedia. Empiezo a lamentarme en esos momentos. ¿Y si muero ahora? Me daría un poco igual... ¡salvo que todo mi legado de escritor estaba en el avión conmigo! Mi ordenador portátil y/o laptop. Aparte que me traje el USB con las copias de seguridad. La ironía. Si muero, lo único que queda de mí son mis manuscritos cuya caligrafía sólo puedo entender yo. ¡Toma! Doble ironía.
Circulamos y circulamos. Conté cuatro veces. Infiero, "Cuando lleguemos a seis, el Infierno en el Cielo". Triple ironía. Estoy On Fire. Por suerte, empezamos a bajar. Me hubiera reconfortado que el piloto hubiera avisado antes. Y a lo mejor lo hizo. Pero, ya por ese tiempo, estaba escuchando Pantera y me daba igual todo. Empiezo a ver la neblina a través de mi ventana y aterrizamos elegantemente. Seguía sin haber nadie abajo. Me lleno de esperanza. Sobre todo cuando empiezo a bajar del avión y no está ese calor de selva tropical que me esperaba.
Saco mi maleta y me dirijo afuera. Ahí me encuentro a todos los taxistas y guías turísticas esperando como zopilotes. Me recordó a Marrakech. Salvo que no tenía miedo alguno. Parecen una especie de secta igualmente. Le pido a uno que me lleve y me señala a otro. Cuando le digo cuál es mi hotel, llama a otro. Y así, hasta llegar al taxista que me llevaría. Empiezo a sentir miedo otra vez. Porque seguramente me tocaría alguien de Marrakech. No sé si estoy en el Baktún o en el País de las Maravillas. Mientras espero, se me acerca un Hombre de Kansas. ¿Cómo lo sé? Porque me dijo:
-Soy de Kansas ¿Y tú?
Mi respuesta a eso es siempre una complicación; suizo/guatemalteco que reside en España y estudió en un colegio americano; en Estado Unidos suelo acabar en el cuartito la mitad de veces. Le comento que vengo a cubrir el Baktún. La novia pelirroja agrega:
-¿Vienes preparado para los zombis?
-¿Zombis?- pregunto sin comprenderlo.
-¡Claro!- me dice el Hombre de Kansas-. ¡Zombis post-apocalípticos!
"Gringos pendejos", pensé para mí. Pero por complacerlos y satisfacer el gran friki que llevo dentro, les respondo:
-Sí, en verdad sólo traigo un machete y latas de frijoles.
País de las Maravillas... no sé. Pero en Kansas seguro ya no estaba. En fin, me subo al taxi. Realmente son minibuses para llevar a hordas y hordas de turistas como ganado. En mi caso, sólo me acompaña una pareja alemana tan sosa que ni se mugían entre ellos. Pacto el precio con el taxista de antemano. Veinte quetzales. Perfecto. Soy una vaca sagrada. Al menos eso pensaba. En el camino corto del aeropuerto a mi hotel, me llama la atención un letrero publicitario de Internet con el enunciado, "Contrata Skynet y no pierdas la conexión". ¿SKYNET? ¿La super-inteligencia artificial que mató a toda la humanidad con Terminators? Ahora sé que estoy en el camino correcto :)
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ARNOLD APPROVED!!! |
El hecho es que llego a mi hotel y entro a confirmar mi reservación. La Recepcionista me dice:
-Sí, señor Carpio. FÍJESE que su habitación no está lista.
-¿Cómo que no está lista?- digo un poco irritado por el sueño-. Es una reservación, ¿no?
-Sí, pero FÍJESE que usted la tiene reservada para hoy. Y la gente de ayer tiene hasta la una de la tarde para salir.
Suspiro y digo:
-Bueno, ¿hay viajes para Yaxhá? Quería ir hoy y así hago tiempo.
-Se lo miro. Si gusta usted pase al restaurante y le aviso.
Dejo mis maletas en recepción y saco mi arsenal periodístico: cámara de fotos, cámara de video, mi grabadora digital y mi machete post-apocalíptico. Me dirijo al restaurante a orillas de la piscina y el propio lago Petén Itzá (me siento calientito por dentro). Veo gente a orillas del mismo haciendo Tai Chi. Prefiero a los zombis pero tampoco quiero malgastar mi acero. Empiezo a probar todos mis artilugios. Miro a mis alrededores y pienso, "Qué bonito, aquí, en Petén, bosque tropical, frente a un lago gigantesco, solo, y en paz". Cuando de repente vuelve la Recepcionista y me dice:
-Señor Carpio, FÍJESE que le va a costar $$$$.
-¿CUÁNTO?- digo sin creérmelo.
-€€€€, señor Carpio.
-Aaaaaah, siiiiii, ¿no? Pues, FÍJESE que yo no voy a pagarle eso. ¿Hay algo más barato?
-A estas horas sólo le puedo conseguir guías privados y las demás sólo salen hasta mañana por la mañana.
-Pues...(|@@#~€!!)... OK.
No quiero malgastar mi día. Y si se preguntan por qué omití el precio, es porque sigo sin creérmelo. Se aprovechan de mi nobleza apocalíptica. Hasta en el fin del mundo lo estafan a uno. FYI, lo del paréntesis es "hijos de la gran puta". El tour me incluía el almuerzo también y se me pasa mi avaricia al poco tiempo (y eso que llevaba la camiseta Orange Lantern, casualmente). Son dos quienes me encaminan: Freddy, el chofer y Óscar, el guía.
Desde que me subo con ellos, me percato que tienen personalidades completamente opuestas. Freddy era el primer taxista del círculo gremial... círculo... ¿otro? Me recuerda a los talaneses de mi novela épica. Mujeriego, borracho, jugador y sinvergüenza (pero de los simpáticos). Ya sólo le faltó ser babuino para ser el personaje de mi historia. Pero no viene a cuento. Compartimos muchos chistes coloquiales en el camino como:
-¿Qué le dijo un jaguar a otro jaguar? ¡JA-GUAR-YOU!
Me lo contaron la última vez que vine a Tikal. Mi chiste Pierde-Amigos favorito. A Óscar no le hizo gracia. Lo describiría como un hombre mayor, serio, culto y respetuoso. Tanto que a mitad del camino lo empiezo a llamar "Don Óscar". Parece saber todo de los mayas. Y me cuenta muchos datos sobre su cultura. Puesto que voy a hacer un documental en paralelo a la anacrónica, no quiero repetir toda la información interesante que me ha dicho. El documental va ser un poco más serio. Pero sólo un poco...
Volviendo un poco atrás en el tiempo, coincide que mi habitación se libra cuando ellos llegan a mi hotel. Me apresuro a subir mis maletas. La habitación del fondo (como cosa rara). Desde que entro, siento que es demasiado perfecta para un sinvergüenza simpático como yo (por algo me inventé a los talaneses). Aparte del aire acondicionado, mi balcón con vistas al lago, la televisión plasma, WIFI y demás, creo que el detalle que realmente le aporta calidad al sitio es la manera que doblan las toallas:
Me cayó muy bien. Se llama Sandy, la TortuToalla. Un ex-presidiario del Calabozo de la Sequía en Escuintla y compañero de celda del Toallín drogadicto en Southpark (ergo por qué le tomé las fotos de esa manera). Pero llegaremos a eso más adelante...
En mi viaje a Yaxhá igual remarcaré unas cuantas cosas que llamaron mi atención en la explicación de Don Óscar (Freddy se quedó a la entrada jugando a las cartas con los otros choferes). Por lo visto, los mayas consideraban el 13 y el 9 números sagrados y representaban a sus deidades en los puntos cardinales. El norte es el bien; razón por qué pasaron de Tikal a Chichén Itzá. Aunque lo curioso es que el mal está en el oeste. Xibalbá, el Inframundo maya con 9 deidades representativas en contraposición a las 13 deidades benignas del Cielo (y mañana voy a Tikal; al oeste; éxitos). Siento un malestar desde que entro a Yaxhá. Lo que había contemplado desde que salí desde Guatemala Capital. Casi ningún turista, templos devorados por la selva, el canto ausente de las chicharras, monos inmóviles, pájaros mudos, abejas negras y un calor húmedo que me debilita con sudores torrenciales a cada paso. Damos la vuelta. Un círculo. Pasamos a comer en el pueblo anexo de "La Máquina". Sé que suena chistoso pero no se me ocurre ninguna broma. Almuerzo Pollo al Ramón muy sabroso y me bebo una Negra Modelo ( o la Naomi Campbell para los mexicanos). Veo dos niños franceses con camisetas de "100% piratas" dando círculos alrededor de mi mesa. Círculo, círculo, círculo. ¿Un ciclo? ¿El principio del final?
Regreso al hotel y decido retirarme por hoy. Ceno "poolside" y "área de fumadores" en plena Guerra Fría. Turistas de EEUU y Rusia a respectivo lado. Ni se miran los unos a los otros. ¿No se supone que debemos unirnos para un futuro mejor? Mañana me espera un día largo. Especialmente, porque en Tikal seguirán las actividades hasta las madrugada. Por lo que estaré atrapado ahí hasta que todo esto acabe o comience. Todavía no lo tengo claro. Incluso Don Óscar me dijo que la Alineación Galáctica sucedería el 23 de diciembre y que la extinción de los mayas tiene algo que ver con el agua. De tantos lagos que he visto, no me extrañaría que se trata de alguna especie de inundación. Por si las dudas, Sandy y yo hemos hecho una pandilla llamada Las Salvatoallas para secar el Universo. ¡BAKTÚN FOREVER, ESE!